Y aquí ando, estresada. Trabajando, estudiando y soñando. Bendiciendo mi puesto de becaria y bendiciendo septiembre (adorado septiembre). Con un ojo en los libros y con otro en mi futuro. Con un pensamiento en Porter y con otro en el año que viene.
Mi futuro, eso sí que ronda por mi mente últimamente. Pero desde que escribí mi primera entrada de blog hará un mes, mi motivación no ha disminuido. En realidad, ha ido aumentando y aumentando al descubrir todas las posibilidades que hay. ¿Un viaje? Si todo sale como lo previsto, más que seguro. Y después, ¿un máster en el extranjero? Posiblemente. Pero primero, el dichoso TOELF. Apuntarme a clases de inglés. Un pasta, vamos.
¿O prácticas? También en el extranjero, claro. ¡Qué de cosas! ¡¡La verdad es que estoy deseosa de que se acaben los dichosos exámenes simplemente para centrarme en estudiar todas estas posibilidades!! ¡Qué ganas de empezar a luchar por ellas! La verdad es que, aunque a simple vista no lo parezca, son objetivos altos, pero, como bien es sabido, para llegar lejos hay que pensar en grande, ¿no?
Según dicen, detrás de toda historia de verdadero éxito hay un gran soñador porque los sueños son el combustible del éxito. Pues ahí ando yo, trabajando, estudiando y soñando, soñando.
Mi futuro, eso sí que ronda por mi mente últimamente. Pero desde que escribí mi primera entrada de blog hará un mes, mi motivación no ha disminuido. En realidad, ha ido aumentando y aumentando al descubrir todas las posibilidades que hay. ¿Un viaje? Si todo sale como lo previsto, más que seguro. Y después, ¿un máster en el extranjero? Posiblemente. Pero primero, el dichoso TOELF. Apuntarme a clases de inglés. Un pasta, vamos.
¿O prácticas? También en el extranjero, claro. ¡Qué de cosas! ¡¡La verdad es que estoy deseosa de que se acaben los dichosos exámenes simplemente para centrarme en estudiar todas estas posibilidades!! ¡Qué ganas de empezar a luchar por ellas! La verdad es que, aunque a simple vista no lo parezca, son objetivos altos, pero, como bien es sabido, para llegar lejos hay que pensar en grande, ¿no?
Según dicen, detrás de toda historia de verdadero éxito hay un gran soñador porque los sueños son el combustible del éxito. Pues ahí ando yo, trabajando, estudiando y soñando, soñando.